DÍA 20: DUELO

DÍA 20: DUELO

Te reto a un duelo, uno sin pertrechos ni revólver. Un duelo donde los dos salgamos ganando. Que nos podamos decir aquello que quisimos y no supimos.

Que lo digamos sin que haya daño y compartamos solo la verdad.

Quiero que no te quedes nada guardado, el suspense no es para mí si no se encuentra en libros de intriga, que rescatemos de este modo nuestras más valiosas lecciones, nuestro verdadero modo de pensar.

Porque solo en este particular duelo podemos recuperar de la ruina de la costumbre el tedio que nos acecha.

No es tarde para acercarnos de nuevo. Aun es pronto para volver a empezar. Tengo el lugar y las armas. Solo nos queda apuntar.

En este esperanzado desafío deposito mi suerte junto a la tuya. Espero que nos sonría para que al terminar la jornada no nos quede más munición.

Este duelo es mi última esperanza, es mi grito atronador, una llamada desesperada para que mi última bala te acierte en el corazón…

DÍA 19: ARTE

DÍA 19: ARTE

No pienso en otra cosa que en mirarte. Qué trazos tan maravillosos dibujó el artesano que supo tus formas darte. Cuánta belleza en una obra que contiene luz, habilidad y firmeza.

No sé cuál de tus partes prefiero, que cada elemento por sí solo no cuenta, que lo bello es mirarte en conjunto, y que es mejor evitar el descarte.

No sé muy bien cómo encuadrarte. Depende de los ojos de quien observa, del arbitraje de quien reparte, de los antojos y los estilos. Es algo tan subjetivo…

Pero poder contemplarte con ojos despiertos y mirada orgullosa, no es algo que quiera evitarte. En esta obra que a diario presencio, no hay nada que me coarte y me impida gozar de tu imagen, deleitarme con los contornos y disfrutar de nuestros momentos.

Cuando el tiempo permita a tu piel cuartearse, continuaré admirando tu belleza. Porque lo hermoso no es solo el contexto, es tan solo un punto y aparte.

Y cuando al fin se cuelgue el cartel con el cierre, tendré que seguir soñando, mirando en todas las fotos tus ojos siempre risueños.

Porque de entre todas las obras que he visto, prefiero la que tú tienes, con tu armonía y tu desenfado, sin pretenderlo ni ser consciente.

Eres el baluarte que me protege de la tristeza. Eres mi compañera, mi preferida obra de arte

DÍA 18: OLVIDO

DÍA 18: OLVIDO

Me he olvidado de mí. Me he olvidado de quién era por tener tu sombra en el pensamiento. No consigo recordarme sin ti. Ya no soy aquel que acostumbraba a reír con toda la cara, a no preocuparse sino cuando no había solución.

Me he perdido en el lugar donde habita el olvido *, en un sitio donde las caras se borran, donde el tiempo no cuenta y se mueren los sueños.

Mis recuerdos son los tuyos. Antes de eso ya nada importa. Me aferro a las fotos, a las chinchetas clavadas del mapa, a los momentos más tiernos y locos, y me rompo cuando tengo que soltarme para caer a un abismo de anhedonia y nostalgia.

No encuentro el consuelo más allá de mi mente. Fuera no queda nada. Fuera predomina el tono más gris y la umbría conquista todos los rincones.

Sé que nadie muere por nadie. Sé que el avance del tiempo alivia del desconsuelo, pero no consigo olvidarte. Por más que lo intento no soy capaz de librarme de la rabia, la ira y el rencor. Nadie tuvo la culpa pero eso no evita que esos sentimientos no disminuyan.

Y maldigo a quien mueve los hilos, y detesto el capricho del azar, que con un solo movimiento ha roto en pedazos mis ilusiones.

Vuelvo a nuestra última tarde, aquella del último beso. No sabía que sería la última, que tanto amor no pudo soportar tu corazón.

Maldito el olvido que no recuerda que debe acordarse de mí…

*En esta entrada quiero agradecer a quien de manera indirecta ha inspirado una de las frases de este relato, donde habita el olvido, maravillosa canción del ilustre y maravilloso Joaquín Sabina. Gracias maestro porque siempre puedo contar contigo, por influirme y enseñarme tantas cosas. Eres fuente de inspiración.

DÍA 17: LIBRO

DÍA 17: LIBRO

Todo lo puedes encontrar en un libro. Es el modo más sencillo de agarrarte a los lomos del viento para aparecer en cualquier escenario, en cualquier época.

Puedes vivir aventuras, tragedias y amores. Puedes luchar contra peligrosos adversarios sabiendo que nada te sucederá, que basta con cerrar la página para volver a la realidad, para asomarte a tu rutina y regresar en otro momento a aquella historia, a ese paisaje que te atrapó.

La magia no es tan solo sacar conejos de las chisteras. La magia es poder ponerte la piel y el alma de los personajes con los que vas haciendo el camino, sufriendo y disfrutando de sus proezas y desventuras.

Puedes sumergirte en universos desconocidos, puedes navegar por mares infinitos e incluso ser el malo de la historia si es lo que quieres. Eres capaz de sorprenderte, decepcionarte o hacerte saltar las lágrimas al hacer algo tan sencillo como pasar una página.

Puedes aprender sobre nuestros ancestros, viajar a épocas tan lejanas en el tiempo que cuesta entender, y que nos son tan extrañas, para después profundizar a través de otro libro y de esta forma, seguir ahondando en los misterios que quedaron sin desvelar en aquel.

Puedes encontrar poesía que hace volar la imaginación, entonando con una acertada y virtuosa declamación que haga fluir la música que lleva escondida en sus entrañas.

Un libro… algo tan accesible y sencillo que esconde tras su cubierta una infinidad de cuentos, ficciones, leyendas, intrigas y fascinación… Un libro que es tan antiguo como el mundo, que pese a los cambios en una era que parece perderse, mantiene intacto su poder de seducción.

Un libro…Tantas opciones, tanto que contar, tanta ilusión… ¿Hay algo tan maravilloso y duradero?…

DÍA 16: HASTÍO

DÍA 16: HASTÍO

Estoy sentado frente al ordenador. No me fluyen las ideas. ¿Será el síndrome de la página en blanco tras mi anterior novela? Quiero creer que es solo hastío.

Desde hace unas semanas siento la ausencia de fuerzas en esta realidad que me exige y donde me exijo sin saber quién de los dos me aprieta más. No salgo a la calle desde hace días. No me convence lo que veo a mi alrededor.

La gente con ese maldito artilugio tapándole medio rostro. Ya ha pasado un eternidad desde que comenzó y no se atisba la luz. Al menos no yo. He comenzado a crear un refugio en lo que antes conocía como hogar. Ahora es un búnker donde trato de hacerme fuerte y paliar mi desgana a través de unas líneas que surjan de mi cabeza. Pero no me concentro. A cada momento escucho hablar de lo mismo, en la televisión, cuando bajo a comprar, a mis vecinos y amigos. Me guarezco en mí mismo y mi imaginación hasta que todo esto se pase.

Oigo voces que ya no sé de donde provienen. Todo este tiempo me ha hecho perder la cordura. ¿O siempre la tuve y es el mundo quién perdió definitivamente los papeles?

Un click… Algo se activa en mi cabeza y empiezo a tirar del hilo. Comienzo a pensar en una idea que va tomando forma según mis dedos se deslizan por el teclado. Quizás al fin tenga algo. Las voces por un momento se han dejado de escuchar. No sé si eran reales pero empiezo a tener más claridad. Se forma en mi mente una historia que quiero contar. Se trata de una novela romántica donde los personajes centrales intentan buscarse sin terminar finalmente de hallarse. No sé, ahora me parece estúpido. Al decirlo en voz alta no parece tan convincente como sonaba en mi cabeza.

Da igual, terminará por salir y lograré vencer este hastío que me marca y me subyuga. Cuando todo esto termine volveré a salir a la calle y regresaré a mis rutinas. Por el momento me conformo con seguir escribiendo y por mucho que me tilden de loco, en este universo, que es el mío, me siento a salvo. ¿Acaso puede decir eso todo el mundo?

DÍA 15: TREN

DÍA 15: TREN

Eres como un tren, veloz y decidido. Eres como un tren, siempre sabes por donde ir, jamás te desvías de tu camino, tan obtuso como inflexible.

Eres como un tren que arrastra todo lo que desea, sin importar la carga que hay detrás, sin mirar la importancia que tiene. Solo miras hacia delante y no paras hasta llegar al destino.

Eres como un tren que incorporas en tus viajes a quienes desean acompañarte. No juzgas ni preguntas. Aceptas el equipaje que cada uno lleva y lo guardas dentro de ti, sabiendo que nunca lo perderás.

Eres como un tren, duro y resistente. Soportas los embates del frío y la lluvia y aunque te empapes, no dejas de avanzar. Eres persistente y no dudas de que lograrás tu objetivo. Posees una seguridad abrumadora.

Eres como un tren. Siempre estás donde se te espera. No esquivas tus compromisos, no abandonas ni olvidas.

Hay veces que tu empuje y bravura arrollan como un tren cuando se interponen en tus convicciones. Jamás he visto alguien con tanta personalidad, con ese carisma. Dominas el trato con los demás y te caracterizas por tu fiabilidad, tu temperamento y tu integridad.

Hay veces que te equivocas pero progresas con tanta presteza que no se te alcanza hasta que es demasiado tarde. En el momento preciso, admites tu falta, te deshaces de tu orgullo y sacas de tu equipaje la humildad necesaria para cambiar de vía y tomar otro camino. Tal vez el daño no se pueda compensar pero la intención es genuina, es sincera…

Eres como un tren y contigo deseo seguir viajando para que me descubras los paisajes más hermosos, los parajes más ignotos, y no me bajaré hasta llegar al andén del ocaso…

DÍA 14: SOLEDAD

DÍA 14: SOLEDAD

Aunque tienes mala fama yo te aprecio. Estamos constantemente bombardeados por estímulos externos y no nos escuchamos. Hemos ido aprendiendo a crecer rodeados de ruido y no sabemos escucharnos, sentirnos…

Tienes una propiedad muy característica y común; en pequeñas dosis resultas refrescante e incluso necesaria, pero una sobredosis resulta letal para el ánimo. Cuando te busco reconfortas del estrépito y la bulla que asola cada día mi rutina. Me ayudas a reposar las ideas, a crecer en mi independencia, a valorar tras un rato el estruendo del que hacía un tiempo antes huía.

Debo alimentarte para que no me abandones. Eres esquiva cuando te busco y me atormentas si no te pongo los límites. Tengo que considerarte mi amiga porque sin ti enloquecería.

Sé que cuando no estás conmigo buscas inmediatamente un sustituto. Es irónico Soledad, que nunca estés sola. Te aferras a quien menos te necesita hasta apoderarte de él, te nutres de su flaqueza para que cuando no quede nada y no pueda estar sin ti, busques la siguiente víctima.

Soledad, no seas tan cruel. Repártete entre la gente, que nadie jamás se sacie con tu presencia y que nunca estés sola. Ofrece la dosis exacta para ayudar a vencer juntos las quimeras y el ruido.

Soledad, cógeme de la mano y paseemos junto al río. Hoy necesito tu compañía. Ha sido un día muy duro y quiero que me abraces. Dime palabras de consuelo mientras ordeno mis pensamientos. Debo tomar la decisión adecuada y no encuentro mejor compañera para ser capaz de hacerlo.

Soledad, compañera traidora, te estaré eternamente agradecido por todos estos años a mi lado, aunque hayamos tenido una extraña relación, con más penas que solaz… Ahora nos hemos consolidado y ya sin ti me siento perdido.

Espero nunca dejes de caminar junto a mí ahora que tan bien nos entendemos, ahora que hemos firmado un pacto que compartimos. Gracias amiga mía por tanto tiempo juntos y por apartarme del bullicio cuando más lo necesitaba…

DÍA 13: ESTRELLAS

DÍA 13: ESTRELLAS

Desde muy pequeña siempre quiso triunfar con el baile. Maravillaba a sus padres cuando giraba sobre sí misma, dando pasitos inestables y haciendo acrobacias torpes e increíbles casi antes de mantener la verticalidad sobre sus piernecitas.

Formaba parte de su identidad, una identidad que aún sin formar y estando lejos de hacerlo, prometía proporcionarle una inmensa felicidad. Escuchaba la música y sus ojos se iluminaban y con ellos todo a su alrededor se contagiaba de esa luz. Fue creciendo y quienes la conocían sabían que acabaría siendo una estrella.

Pasaron los años y se fue convirtiendo en una dulce y feliz joven con tremendas ganas de extraer todo el jugo a la vida. Iba camino de su primer concurso de baile. Lo llevaba esperando desde hacia mucho tiempo e incluso antes siquiera de ser consciente, en sus más profundos sueños.

El impacto fue brutal. Su padre perdió el control del vehículo, saliendo de la carretera para estrellarse contra muro. El drama llegó con el parte médico. Podría hacer vida normal. No había que lamentar secuelas para ella y su padre. Sin embargo jamás volvería a bailar. – ¿Y eso no son secuelas? – se lamentaba Estrella. – Mi futuro se ha hecho añicos y el mundo sigue girando como si nada…

Lo que los demás consideraban una suerte, ella lo maldecía. Seguir con vida no era solo seguir viviendo. Su vida era el baile. Cómo podría seguir su corazón latiendo sin música, sin sentirla dentro de sí bombeando y expresándola con el Don que ella poseía.

Una noche de agosto, tiempo después, salió de su casa. Deseaba ver las perseidas. Lo hacía cada año. Era en esa noche estival cuando se sentía más comprendida que nunca. Su tío, quien más entendió su pesar, le contó una vez una historia. Decía que las lágrimas de san Lorenzo eran realmente estrellas que lloraban las penas del mundo, que así se podían soportar las ausencias y frustraciones ya que era el cielo cada año quien a través de esas lágrimas purgaba las tormentas en el alma de la gente.

Al principio no sabía si era o no verdad esa fábula. Con el transcurrir de los años y al ir haciendo suya esa leyenda, aunque descubrió finalmente que era una invención de su tío, le quedó agradecida porque le sirvió para aferrarse a una mentira que le hacía creer que no estaba sola, que de algún modo el mundo entendía su pena.

Ese año en concreto algo cambió en ella. Mientras observaba las estrellas fugaces lloviendo sobre sus tribulaciones, tomó una determinación. Volvería a bailar. Ya se había cansado de lamentos. Era el momento de resurgir. Iba a volver a danzar, pero lo haría a través de otras piernas, de otros brazos, de otros sueños.

No sabía cuándo, no sabía cómo y ni siquiera dónde, pero ese Don que poseía no lo iba a malgastar con amargas lágrimas. Dedicaría todo su empeño como antaño lo hiciese sobre sus piernas, para abrir una escuela. Allí reconectaría nuevamente con su luz e intentaría llenar de esperanza e ilusión otros corazones.

Y es que lo sueños solo se rompen verdaderamente cuando no estamos dispuestos a cerrar los ojos, y entonces el momento posterior si los abres quizás veas frente a ti volar una estrella.

DÍA 12. CULPA

DÍA 12: CULPA

Llevo demasiados años contigo. Ha pasado el tiempo y ya no siento lo mismo. De joven veía las cosas de otro modo. El tiempo parecía más lento, los sucesos más importantes de lo que eran y en muchos momentos tú prevalecías sobre el resto, tan majestuosa y exultante.

La gente cambia y yo no soy una excepción. Empezaste poco a poco a querer apartarme de las personas que más quería, a atormentarme por hechos pasados que habíamos vivido y creíamos superados. Eras caprichosa, egoísta y pertinaz en tu acoso. Yo me iba dando cuenta poco a poco pero me engañaba a mí mismo. Podíamos seguir juntos, tan solo debía aceptarte con tus errores y con los míos.

Siempre pensamos que tal vez con el tiempo… Lo compensamos adquiriendo bienes materiales y construyendo un futuro distinto pero siempre tú insistías en remover las aguas de la tristeza hasta que se convertían en arenas movedizas.

Ya se acabó. He decidido poner fin a nuestra relación. He terminado siendo una mala copia de quien fui, hasta no quedar más que una triste sombra difuminada que vaga sin rumbo. Cuando se alcanza este punto, ya no se puede perder más. Por tanto perderte a ti es el último paso antes de poder comenzar de nuevo a vivir de verdad.

Cuando te lo dije, estaba tan claro, me mostré tan firme que no tuviste más remedio que aceptarlo. No te dejé otra opción. Desde ese instante jamás he pensado en ti ni en el accidente de coche donde nos conocimos hace ya tantísimos años.

Espero no volver a verte nunca más, ya he aprendido la lección. Soy más fuerte y más sabio. Y con todo el convencimiento del que puedo nutrirme te digo hasta nunca y maldita seas, Culpa…

DÍA 11: OCÉANO

DÍA 11: OCEÁNO

Tan vasto que amedrenta, tan profundo que cautiva, tan misterioso que colma nuestra imaginación hasta desbordarla.

Para el ser humano no hay mayor atracción que lo desconocido, que aquello que supone un reto, los lugares más ignotos donde clavar una bandera y bautizar con un nuevo nombre la región descubierta.

En el océano no se pueden clavar banderas. No es nuestro medio y por tanto solo podemos visitarlo temporalmente, sin quedarnos sumergidos, sin construir ni edificar.

El agua es nuestro medio de vida y ya sea en pequeñas o grandes proporciones es sinónimo de vida. Una charca, un arroyo, un río, pasando por inmensas masas como los mares u océanos, el agua es el principio. De ahí nace todo. Entonces, ¿por qué maltratamos el mar? ¿Por qué en lugar de banderas hemos clavado basura en su fondo?

Para una mayoría el océano es algo que se debe respetar. Puede ser un sitio placentero donde bañarse o una trampa mortal durante una tormenta. Sus aguas son cálidas invitando a sumergirse o pueden ser frías e inhóspitas. El mundo es tan grande y el agua tan abundante que sus formas y condiciones la hacen inmensamente rica.

Contemplar el caótico baile de las olas desde una orilla o hacerlo desde un barco, navegando por mar abierto sin ser capaz de ver en derredor más que mar, es una sensación que para algunos puede provocar desasosiego o intranquilidad. A mí me llena de paz mecerme con él, escuchar la canción que crea el rumor del casco de proa chocando suavemente mientras avanza.

Océano, me descubro ante ti, absolutamente embelesado por tu magia y tu grandeza, admirando tu baile infinito, tu arrullo cuando paseo por tus dominios. Océano indómito que sigues conservando el misterio que te define, que provocas tantos sentimientos en nosotros, tan dispares… No dejes de bailar que el resto de mi vida quiero compartirla contigo…

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