DÍA 3: RETRATO

DÍA 3: RETRATO

Aún hoy, después de tantos años, no puedo dejar de mirar ese rostro de mirada intensa y orgullosa. Siempre tuviste ese porte elegante. Esta fotografía que miro con el alma empañada es mi mayor tesoro, el objeto que me llevaría a una isla desierta para no olvidar jamás tu semblante. Entre mis recuerdos guardo con infinita nostalgia tus manos. Esas que me aferraban con fuerza ante el empuje de las olas, impidiendo que me tragasen ¡Qué fuerte eras entonces! Después cuando te hacías mayor, esa fuerza menguante se iba convirtiendo en sabiduría. Ese conocimiento que tan bien sabías contagiarme.

Contemplo esta foto y casi puedo percibir ahora el olor a pescado, ese que tan desagradable me parecía antaño y que ahora de algún modo no puedo desligar de tu historia, de mi historia, de una infancia y juventud que me sitúan en el lugar donde hoy me encuentro, reclamando mi sitio que de algún modo siempre estará junto al tuyo.

Ha pasado mucho tiempo pero te sigo sintiendo en cada momento relevante de mi camino, del que te hago partícipe aunque no estés y no pueda aferrarme a esas fuertes manos con olor a mar, para que me protejan de los infortunios que se presenten.

Recuerdo que siempre me decías que durante toda tu vida tus padres habían sido tu brújula, que incluso en el ocaso de tu vida, sentías un vacío que nada era capaz de llenar tras su ausencia. Tengo vívidas las imágenes diciéndome que los disfrutara, que claro que se puede seguir adelante sin ellos, pero que el brillo del sol a partir de entonces sería más tenue.

Cuánta razón dentro del corazón de un humilde pescador. Te he hecho caso abuelo. Quizá demasiado tarde porque cuando uno es joven cree que todo es eterno. Es en la madurez cuando me he dado cuenta de la lección más importante y he aprovechado cada instante para saborearlo junto a los míos. Ojalá pudiera darte un último abrazo y contarte todo lo que me ha sucedido desde que no estás aquí.

Papá y mamá ya marcharon también pero antes de eso, tu sabiduría ya había germinado en mi alma y he sabido disfrutar como no supe hacer contigo. Ahora estoy solo pero en mis recuerdos os pienso a los tres, recreando nuestros momentos, tan sencillos como preciados. Solo tengo que mirar esta fotografía que sostengo en mis manos y el olor me perfuma con fuerza e intensidad.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba