RELATO Y AUDIO RELATO: LA CARTA

RELATO Y AUDIO RELATO: LA CARTA

¿Qué harías si descubrieses la posibilidad de volver a contactar con alguien amado de quien no tuviste la ocasión de despedirte y al que echas enormemente de menos?.

Me han dicho que está aquí enterrado. Me entra una sensación de vértigo por lo que me puedo encontrar y por cómo reaccionaré.
Comienzo a cavar con las manos consumido por la impaciencia. Sé que no está escondido muy profundo. Eso es lo que ella me ha dicho.

Al fin llego hasta un pequeño cofre. Realmente oculta un tesoro que todavía tengo que descubrir. Me da miedo pero al fin lo abro con emoción desbordante. Encuentro solamente una carta.

Hola Iván. Así comienza su mensaje. Titubeos y confusión posterior me nublan la vista por momentos. El dolor traspasa la tinta. Algunas palabras se convierten en sangre, emborronadas por el paso del tiempo.

Aún así las descifro. Me acuerdo de alguna de ellas aunque parezca pertenecer a otra vida, a la infancia de otro. Recuerdo los viajes a la playa que me describes en la carta, tengo en la memoria tierna la añoranza de esconderme hasta ser descubierto con exagerado alborozo y tú con forzada sorpresa. Juegos que ya no me alcanzan ni me daba cuenta de su importancia… hasta este preciso instante en que me retrotraigo a un pasado feliz, a unas manos enormes, a tu bigote que me hacía daño en mi moflete aniñado al besarme. Transparente se torna ese día tan olvidado hasta hoy, en que volviste de la oficina con mohín compungido … Cómo pude olvidarlo… con lo que pasó después.

Más de media vida sin ti y ahora que te leo, te vuelvo a ver como antaño. El olor de tu camisa salpicada de perfume, tabaco y una combinación de notas herbáceas tan peculiares. Puedo percibirlo con solo cerrar los ojos. No era agradable entonces pero qué no daría ahora…

Tu misión es despedirte de mí como adulto porque la parca traidora arrebatada por tu belleza, no pudo esperar a llamarte. Me privó de ti, de tu sombra, de tu criterio que más de una vez tanta falta me hicieron.

No te fuiste sin despedirte. No lo supe ver a través de los ojos del niño que continua existiendo en mí. Y tu sombra de nuevo llena todos los rincones de mi presente. Siempre has estado conmigo dentro de este cofre azul, esperando el momento oportuno, y no lo sabía…

Lloro de pena y agradecimiento, por volver a encontrarte, por echarte tanto de menos, porque vuelves a estar vivo, porque gracias a estas palabras recupero una parte de mí desvaída. Gracias papá por dejarme escuchar esa voz tuya tan lejana en el tiempo y tan cerca en mi memoria.

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba