DÍA 5: DELFÍN

DÍA 5: DELFÍN

Es mágico verlos moverse por el agua. Me quedo maravillado mientras surcan el océano con esa vitalidad y unos movimientos tan armónicos como ágiles. Parece que siempre están sonriendo y bien podría ser el animal que más une a las personas en cuanto lo que representa para ellas: bondad y simpatía.

Todo el mundo considera estos animales como seres buenos e inteligentes, quizás los que más de entre todos los que pueblan el planeta. Es por ese motivo por el que es posible que sea el animal «fetiche» de mucha gente.

Y llego a la gran pregunta: Si esto es así, ¿por qué se les encierra en prisiones, como a tantos otros seres, en lugar de dejarlos en libertad que es cuando se muestran más hermosos?

La respuesta no deja de calar en el lugar más profundo de mi pensamiento: saciar la curiosidad infinita de los seres humanos que en su hedonismo no consiguen ser conscientes de que una de las cosas que no aplican cuando van a un delfinario, es uno de los motivos de su admiración y respeto; la empatía e inteligencia.

Si sabemos que privar de libertad es malo, ¿por qué no nos inmutamos cuando se trata de otros seres a quienes además adjudicamos una alta inteligencia?

Deberíamos intentar alcanzar nuestros sueños y deseos sin que nadie deba sufrir por ello. Es por lo que animo a cualquiera que desee ver a los delfines, que se adentre en el mar, del modo que sea, en un barco para verlos sobre la superficie o bajo ella, buceando junto a estos maravillosos animales.

Yo por supuesto he contribuido hace tiempo a mantener esta situación de cautividad hasta que un día decidí que jamás volvería a hacerlo y que no solo no volvería a un acuario, sino que me desplazaría allá donde estuviesen para poder contemplarlos, aunque fuese en la lejanía o pese a no estar seguro de que tal vez no acudiesen a la «cita». Me he arrepentido enormemente de la vez que participé de estos encierros, que no es sino una forma de tortura animal mayoritariamente aceptada. Y me recreo con el paso del tiempo imaginando el día que pueda verlos libres, en su propia esencia y ambiente, jugando con ellos y haciendo que merezca la pena vivirlo aunque sea una sola vez en mi vida…

Ojalá llegue el día en que el respeto por la naturaleza se equipare al respeto por nosotros mismos.

2 comentarios

  1. De acuerdo contigo en que todos deberíamos ver los delfines y cualquier otra especie, no sólo marina, en su medio natural, no me cabe la menor duda. Pero la realidad es que no todos tenemos los medios ni la oportunidad de hacerlo y sí de ir a estos sitios donde, aunque cautivos, reciben muchos cuidados y mucho amor de sus cuidadores (o al menos eso percibo yo). Los humanos sentimos fascinación por los animales y nos gusta verlos «en persona» y en muchas ocasiones, no puede ser de otra forma. Pero sí, sigo de acuerdo en que donde mejor están es «cada uno en su casa».

    • Tema muy complejo porque por mucha fascinación por los animales, no tenemos derecho a encerrarles solo por concedernos un capricho. No tiene justificación. Y si no se tienen los medios para verlos en su hábitat natural , al igual que ocurre con otros anhelos de la vida, hay objetivos que no se pueden cumplir.
      Gracias como siempre por tu opinión 👍

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