DÍA 27: MARIPOSA

DÍA 27: MARIPOSA

Se dice que cuando una mariposa bate sus alas en algún lugar, en las antípodas del mismo, comienza a gestarse una gran ola…

La mariposa revolotea ingenua alrededor de una flor, sin ser consciente de que todo en el mundo está cosido por un hilo invisible ni de las consecuencias de su propia existencia.

Es la gran norma que rige sobre nuestro actos. Estamos ligados en continuo movimiento en cada acción y cada suceso. No puedo dejar de pensar que nada de lo que hago es arbitrario, que debo recapacitar sobre cada paso que he de dar.

Dentro de mi yo más insondable se nutre una auténtica verdad. No soy una mariposa porque soy consciente de mi mismo. Cuando miro a mi alrededor y contemplo como avanza en ocasiones el desamparo, me pregunto si tomo las más correctas decisiones, si todavía puedo hacerlo mejor.

Se trata de elecciones que en un inicio parecen no trascender. No lo hacen tal vez en un momento cercano, a lo mejor nunca lo podremos averiguar, pero la naturaleza intenta guardar el equilibrio y quizá lo deba compensar.

No me importa qué hagan los demás, si según mi propio criterio, lo hacen bien o lo hacen mal ya que lo único que deseo es no causar daño alguno, es mantener la vista en algo más que en mí mismo.

Cuando transito por un sendero y una mariposa detiene su vuelo, me detengo yo también. Son los acontecimientos triviales, aquellos de mayor sencillez los que ahora atrapan mi mirada. Y espero que de nuevo mueva sus alas, imaginando lejana una ola que ya comienza a nacer…

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