EL TIEMPO

EL TIEMPO

En esta entrada quiero compartir un pensamiento, una reflexión que escribí en julio de 2000. Entonces tenía 25 años.

En este escrito hablo del paso del tiempo, de cómo lo vivía entonces. Una época en la que todo sentimiento se magnificaba, en el que lo que parecía una dura batalla no era más que un contratiempo.

Dice así…

Anhelo aquel tiempo, entonces los momentos eran infinitos. Nada entorpecía nuestras mentes. Quizás fugaces pensamientos acerca de un incierto futuro que en ese momento parecía que jamás podría llegar, o pensamientos acerca de una aventura que nos resultaba de enorme importancia, y que ahora no es más que un furtivo recuerdo.

            Lo cierto es que aquel tiempo del que hablo pasa y no perdona. No es que sienta que es tarde para mí o que me crea envejecido antes de tiempo dentro de mi propio cuerpo. Se trata de que me doy cuenta de su presencia, de su implacable e irónica actitud. Al fin y al cabo, es el gran señor que lo domina todo. Es poderoso porque nadie lo puede comprar y no hace distinción alguna, ni siquiera con los más acaudalados.

            No se puede huir de él. El tiempo se sucede. Sin embargo, no me impide avanzar en el camino que creo correcto. No debo asustarme ante las trabas con las que el poderoso señor me tienta y torna dubitativo. Mi madurez con él camina de la mano, tratando de que no se suelte; los ratos de miedos, de introspecciones, en los que nuestras esperanzas se ven truncadas y nos quedamos a oscuras con nuestros devaneos.

            El tiempo es arbitrario. Se necesita para cicatrizar profundas heridas. Sin embargo, nos desgarra cuando debemos aceptarlo, pese al dolor que ello acarree, contando las horas que faltan para acercarnos de nuevo a esa realidad que ansiamos recuperar.

            No sé si lo amo, si lo detesto, o si más bien, se trata de un sentimiento distinto. Lo que sí hago es aceptarlo porque hace de nuestra vida algo imprevisible misterioso y finito. 

            El tiempo, unido a las circunstancias que moldean nuestra psique, provocan la metamorfosis en cada uno de nosotros, y eso es lo que hace tan mágicas a las personas; su individualidad, tan sorprendentemente reveladora para con sus semejantes. Siempre se puede aprender de los demás. Entonces sea cual sea la naturaleza de un ser humano,  podremos extrapolar sus distintas situaciones y adaptándolas a nuestra vivencia, hacerlas propias para que con la experiencia que obtengamos a lo largo de los años, consigamos ser nuestra mejor versión.

FIN

Y a vosotros, ¿qué os supone el paso del tiempo? ¿eres de los que te resulta ingrato celebrar tu cumpleaños a partir de los 40 porque no quieres envejecer? ¿por el contrario eres de los que exprimen el jugo hasta acabar con el fruto? ¿o quizás, como pasa muchas veces, eres de los del término medio, o no te planteas esto?

¿Lo vives ahora igual que hace unos años o ahora le atribuyes un significado diferente? ¿Tienes tiempo a hacer aquello que te gusta? ¿Querrías tener más? Y por último, ¿Cabe la posibilidad de reajustarlo para que se cumplan tus deseos?

Pues hasta aquí la entrada. Es algo más profunda y quizás íntima así que ya respondas por aquí o a ti mismo, me alegra que lo hagas.

3 comentarios

  1. Sara

    Sergio, buena reflexión. Me ha gustado mucho lo que has escrito. Y me has hecho reflexionar a mi también.
    Para mi el paso del tiempo significa experiencia, relativizar las cosas, dar importancia a lo que realmente importa.. vivir el momento.
    Con el paso del tiempo, vivimos situaciones de todo tipo, buenas y malas; pero de cada una de ellas, aprendemos.
    Y cumpliendo años también cumplimos sueños… Al final, somos lo que somos por lo que vivimos.
    Pero he de decir que en ocasiones, me da miedo envejecer.. el paso del tiempo también implica que nos sintamos más mayores.. que aparezcan problemas de salud…
    No nos queda otra que adaptarnos a cada etapa de la vida. Y eso, con una actitud positiva, hace que sea más fácil y que cada momento, se viva con más intensidad.
    Personalmente, me encanta cumplir años (de momento, jeje) y cumplirlos con la gente que quiero cerca.. Y eso, es quizás lo que más miedo me da… cuanto tiempo queda… por eso aprovecho cada instante y selecciono mucho con quien paso mi tiempo.
    Gracias por hacernos reflexionar sobre cosas que pasan desapercibidas, pero que son tan importantes, dignas de dedicarle “tiempo”.

  2. Rosalía

    Seré muy breve Sergio
    Respecto al tiempo.
    Aunque mucho podría decir sobre ello ya que ha pasado de manera vertiginosa sobre mi y me extremece cuando pienso no poderlo parar y la poca importancia que en ocasiones se le presta.
    Te diré mi vida, aunque se lo haces; vivir el tiempo con ilusión junto a tu querida compañera cada momento de vuestras vidas y podáis llevar cabo vuestros sueños y proyectos; que nada quede en el camino.
    Os amo

  3. Como bien dices no podemos parar en el tiempo ni viajar por él (al menos de momento) así que soy de las que piensan que, si no puedes con en enemigo, ¡únete a él!. Y digo enemigo porque yo soy de las que me gusta disfrutar cada instante y me encanta la VIDA. Por tanto, mientras tenga tiempo, intentaré disfrutar de él como realmente me apetezca en cada momento… a veces haciendo cosas y otras disfrutando de no hacer nada, que también me encanta…

    El tiempo pasa inevitablemente y todo lo que no lo hayamos aprovechado, no podremos recuperarlo, haremos otras cosas pero nunca podremos revivir cada instante perdido.

    Mi naturaleza melancólica hace que siempre recuerde los buenos momentos del pasado con cierta añoranza, pero eso no quita para que intente vivir el presente mirando hacia el futuro con ilusión. Es cierto que el tiempo va marcando nuestro cuerpo haciendo que poco a poco vayamos viendo esas señales claras de su paso pero también pienso que cada edad tiene su encanto. Así que a mí ¡me encanta cumplir años!.
    Cumplir años significa sólo una cosa y es que ¡SIGO VIVA! y eso todos deberíamos celebrarlo. Es un regalo que recibimos cada año el poder disfrutar de nuestra vida y sobre todo si estamos rodeados de gente maravillosa que nos acompaña en nuestro viaje.

    Por otro lado, el tiempo también ayuda a sanar… Tanto para las heridas físicas como para las heridas del alma, el tiempo es nuestro gran aliado. Para las heridas físicas nos ayuda a cicatrizar, para las heridas del alma nos hace tomar perspectiva e ir aceptando las situaciones vividas haciendo que poco a poco recordemos sólo las vivencias alegres y vayamos enterrando las más dolorosas.

    Así que, ¡disfrutemos del tiempo! ¡Compartámoslo con nuestra gente preferida! ¡Activemos nuestros sentidos! ¡Hagamos lo que nos apetezca por estrambótico que parezca! ¡VIVAMOS!

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