CAMPEONAS

CAMPEONAS

Esta entrada no va sobre un equipo en concreto, ni tiene que ver con banderas o himnos. Esto que escribo es un homenaje a unas mujeres en concreto que han logrado algo histórico y que apenas ha tenido eco más allá de un minuto en algún telediario o en una breve reseña en prensa. Y por eso quiero que aparezcan aquí. Pero además es un homenaje a todas aquellas mujeres también que logran desde el silencio y el segundo plano, hazañas extraordinarias.

Si esto que han hecho lo hubiese realizado un equipo masculino, resonaría en todos los medios de comunicación durante días.

El fútbol es un deporte maravilloso. Crea emoción, competitivad y superación como debe hacer el deporte. En su versión masculina de primera división, se manejan cifras económicas groseras, se intrinca en connotaciones políticas y agresividad.

Es cierto que yo lo llevo años siguiendo, que mi equipo en ocasiones me eleva a momentos de agitación. He de reconocer que mirado en perspectiva no deja de ser una estupidez. Tan solo es deporte, sin más.

El equipo cuyos colores defiendo no es lo relevante y por eso no lo mencionaré porque lo verdaderamente importante no es qué equipo, lo destacable es qué versión del fútbol es la que merece estas líneas. Esa versión es la femenina. En este último año he tenido más tiempo de poder verlas jugar. No tienen nada que envidiar a sus homólogos de la Liga Santander. Tienen técnica, tienen fuerza y se dejan la piel en el terreno de juego.

Las he visto jugar en una final del campeonato de Europa. Las vencedoras, felices pero respetuosas, las vencidas, decepcionadas pero con una mirada de consideración hacia quienes las han apeado del trofeo. Durante todo el partido apenas faltas cometidas, sin teatro, ni aspavientos ni insultos. Observé con asombro como el deporte en toda su extensión hacía gala los 90 minutos. Sentí alegría y pena al mismo tiempo. Alegría por contemplar a las campeonas, tanto a unas como a otras; campeonas en el deporte. Pero al mismo tiempo sentí pena porque en su versión masculina solo importa ganar y da igual cómo, incluso simulando cosas que no son, y el rival no es solo eso, es prácticamente el enemigo.

Es difícil poder seguir a estas chicas, sean del equipo que sea. Mientras que online la Liga Santander se puede ver gratis en numerosas plataformas, la Iberdrola es prácticamente imposible. Yo al menos no lo he conseguido de manera regular. Solo alguna vez que se televisa en abierto.

Os animo a verlas jugar. Da gusto hacerlo. Conservan lo bonito del fútbol; el deporte y adolecen de lo negativo; todo lo demás.

Este es un homenaje a todas aquellas mujeres que practican deporte y que son invisibles. Esta entrada es un homenaje a una actitud y no tanto a trofeos. Se trata de intentar dar impulso a unas personas que a fecha de hoy, se enfrentan a la competición desde el respeto y la honestidad.

Para todas ellas mi más sentida enhorabuena.

Y tú, ¿alguna vez hiciste algo memorable y te sentiste invisible? ¿o tal vez no fuese tan memorable pero a ti te pareció muy importante y no tuvo el alcance deseado?.

3 comentarios

  1. Me encanta que lo veas así Sergio.

    Yo pienso igual y de hecho repudio el fútbol masculino (aquí mi confesión) porque no me parece que prime el deporte sino el negocio (se manejan cantidades insultantes de dinero), la rivalidad (se fomenta la confrontación entre simpatizantes de diferentes equipos) y el fanatismo (tanto que en ocasiones se desencadenan episodios de violencia totalmente incomprensibles) entre otras cosas y todo ello desmerece la verdadera esencia del deporte en equipo, lo que no me parece ni siquiera sano, sobre todo para la mente.

    Apoyo totalmente el deporte sano donde se juega para ganar pero no a cualquier precio, siempre respetando a los contrincantes y donde sus aficiones no buscan la confrontación.

    Por tanto una fan más de las campeonas invisibles que estoy segura que irán tomando poco a poco la visibilidad que se merecen.

    Y sobre lo de hacer algo memorable… pues la verdad es que no, ni sin visibilidad ni con ella. Si algún día lo hago, te lo contaré para que me hagas una entrevista y la publiques en tu blog… serás el primero en saberlo ;). Ja ja Ja Ja.

    Pero ¿sabes una cosa? A mí el reconocimiento me da un poco igual (pese a que repito que no he hecho nada memorable). Cuando hago las cosas, si pienso que las he hecho bien o que han podido servir para algo, yo ya me siento feliz. Obviamente, si el resto además me lo reconoce, me confirma lo que pienso, y mi felicidad se multiplica, no lo voy a negar (quizá sea por un tema de inseguridad).

    Enhorabuena por la reflexión.

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