ADMIRACIÓN

ADMIRACIÓN

Supongo que a muchos de nosotros y nosotras, en la infancia y pubertad nos influyeron artistas, deportistas u otro personajes que por su tipo de profesión, su manera de interpretar su arte, fuere cual fuere, conseguía nuestra admiración más incondicional, e incluso en casos como el mío, la idolatría más absoluta. En mi caso fue Michael Jackson. Quien me conoció en aquella época, tuvo que sufrirme poniendo los discos o las cintas en el walkman a todas horas, intentando emularle en su famoso «moonwalk», tratando de contagiar mi pasión a todo el que tuviese cerca.

Pero no tengo intención de hablar de él en esta entrada. Con el transcurso de los años, me he ido quedando con los recuerdos de esas emociones, pero me he dado cuenta de quienes son mis ídolos reales. He ido aprendiendo y valorando todas las cosas que poseo, todas las oportunidades a las que me he podido aferrar por nacer donde nací, y vivir con quien viví. Es a ellos a quienes en particular quiero rendir tributo. A Juan Moreno Bardón y a Rosalía López Ropero, mis padres. Ellos no solo me dieron la vida, me regalaron su luz.

Esa luz ha irradiado en muchos lugares, ha viajado conmigo incluso cuando no me daba cuenta. En este rinconcito literario, quisiera hacerles su merecido hueco de la mejor manera posible; con sus textos. Porque ellos escriben, declaman poesía con un bello canto, con sensibilidad y dulzura.

Mi padre siempre estuvo rodeado de libros. Siempre nos instaba a mis hermanos y a mí para que leyésemos, siendo la base de lo que hoy hago y que tanto placer me causa. A él le debo mi interés en esas maravillosas palabras que forman el universo de la literatura.

Mi madre pasó la mayor parte del mejor tiempo de su vida, al cuidado de todos sus hijos, ofreciendo lo más preciado que pueda poseerse, su propio tiempo de manera constante y entregada. Cuando ya crecimos y dejamos de ser seres dependientes (en todos los sentidos) procuró aprender lo que no le dejamos entonces. A partir de ahí, comenzó a escribir, y salió de dentro una fuerza y una pasión que desconocía. Nunca es tarde. Es admirable…

Os dejo a continuación un texto de cada uno, elegido por ellos mismos.

AUSENCIA
 
Con los ojos cerrados, alargo la mano buscando entre las sábanas, tu suave y cálido cuerpo sin hallarte.
 
Un sobresalto me sacude y, en ese momento soy consciente de tu ausencia. Y una mueca de amargura se forma en mi rostro al saberte ya, fuera de mi vida.
 
Aún siento tu presencia, el aroma y la tibieza  de tu piel, que  permanecen impregnadas en la cama; nuestra cama.
 
Incontroladas lágrimas ruedan por mis mejillas y un doloroso y hondo sollozo se ahoga en mi garganta. ¡Lamento tanto no haber sabido mantenerte a mi lado!
 
Añoro tu presencia, tus apasionados y tiernos besos, tu inocencia, fundirnos los dos en uno y aún en la distancia, saberte siempre cerca.
 
La casa está sorda de tu voz, de tu risa, de tu serena presencia, impregnada de tu suave
y fresco perfume…llena aún de ti.
 
Mi alma atormentada no encuentra consuelo,
me invade la tristeza, me siento vacío, torpe, mezquino…
 
Camino por las calles sin rumbo, ignorando si luce el sol o el cielo está estrellado, abandonado a que sé yo qué destino. 
 
No puedo saber cuánto tiempo llevo deambulando ni cuándo comenzó a llover,
solo sé, que me pesaba demasiado la ropa que me cubría.
 
Nada ya me importa si no estas a mi lado.
Los celos me consumen a sabiendas de no tener ningún derecho sobre ti, te tuve y no estuve a la altura para hacerte feliz, y ahora me pregunto: ¿dónde, dónde y, con quién estará?…
 
                                               Rosalía   30 /10 /15

GRACIAS- Juan Moreno

Desde que te contemplé por vez primera, supe que un día formarías parte de mi vida. Me enamoré de ti porque tú eres amor.

Veneraba esas rotundas formas de tu grácil figura; me acercaba, pero la timidez me impedía siquiera rozarte. Tu cuerpo de diosa griega me atraía, como los cantos de sirena tentaron a Ulises. Te habías convertido en mi obsesión, mi ilusión, mi deseo…

Nunca perdí la fe de acariciarte, pero la esperanza de volver a verte se alejaba, hasta que un día, casualidades que la vida nos depara, nuestros caminos se cruzaron y pensé que el destino, de nuevo te había puesto en mi camino. Dejándome llevar por un impulso irrefrenable, te pedí o más bien te supliqué que me acompañaras. Tu silencio me dio a entender que aceptabas y me sentí el ser más feliz del universo. Durante el paseo te prometí cuidarte, mimarte y amarte siempre.

Te presenté a mis amigos que se rindieron a tu juventud y lozanía.

Mientras, permanecías junto a mí, en silencio. ¡Siempre el silencio presidiendo nuestros encuentros!.

Pasado un tiempo, me propuse definir nuestra relación, si bien presentí que no iba a resultar fácil, confirmándomelo cuando decidí acariciarte y la respuesta consistió en un tenue gemido, que más se asemejaba a un lamento.

Con tristeza fui consciente de no haber sido capaz de despertar en ti la más mínima emoción. No fui capaz de seducirte y despertar otro sentimiento que no fuera la apatía. En mi torpeza, tampoco supe tocar la cuerda de la pasión y tu respuesta no podía ser otra que el desencanto. Discúlpame si no he sabido dar más de mí, lo he intentado, pero ha resultado estéril, soy consciente de haberte decepcionado. También a mí.

Pero, a pesar de no ser correspondido, siempre me quedará el consuelo de haberte tenido entre mis brazos y así, cumplir uno de mis mayores deseos.

Por favor, no me guardes rencor. Gracias por esos momentos de ilusión y hasta siempre… GUITARRA.

Gracias a ambos por hacer de mi vida un lugar en el que me gusta estar…

9 comentarios

  1. Tienes toda la razón. No puedo estar más de acuerdo contigo. Según vamos madurando vamos dándonos cuenta de quienes son nuestros verdaderos ídolos, aquellos que tanto nos han dado de manera totalmente incondicional y que nos han enseñado a ser lo que somos hoy en día. En tu caso la pasión por la lectura y escritura está claro que ha sido uno de los valores familiares, lo que es un regalo para el alma que alimenta la mente. Muchos besos a Rosalía y Juan (y también para ti, no te pongas celoso😉 😘) y gracias por compartir estos tesoros ocultos.

  2. Yol

    Yo te conocí en aquella época de idolatría …, es más, tu primer disco de Michael te lo regalé yo …, Lo recuerdas? 😉
    Lo cierto es que nunca he sido mitómana, me han fascinado cantantes, grupos de música, actores, escritores, pero nunca he sentido una «pasión desatada» por alguien en particular.
    Pero en lo que si coincidimos es en la admiración profunda por nuestros padres. Y es cuando somos adultos que somos conscientes de lo que nos llevan ofreciendo toda su vida …. y de lo que representan en la mía. Son mi faro, son mi cobijo, son esa fuente inagotable e incombustible de «amor de padres».
    Me emociona y me admira que en su edad madura tengan el entusiasmo y la sensibilidad de crear con sus propias palabras, y de transmitir de esa manera tan increíble, y como prueba los dos ejemplos que nos compartes.
    Precioso tributo Sergio.
    Mi ADMIRACIÓN incondicional a nuestros PADRES.

    • Lo cierto es que os di mucho la lata con mi mitomanía. Aún recuerdo por supuesto que me regalaste el disco de Thriller que era tuyo, de tanto amor que despertó en mí. Tú empezaste a crear el “monstruo “ en mí. Gracias por eso.
      Y por supuesto crecimos al amparo de dos personas que son nuestros padres que lo han hecho lo mejor posible y nos hemos convertido en lo que somos, con nuestras luces y nuestras sombras, como simples mortales, pero con una esencia común y basada en lo que ambos nos inocularon desde nuestra más tierna infancia.
      Y por eso merecen este apartado en el espacio virtual porque en el personal ya es profundo e indeleble.

  3. rosalialopezrop04@gmail.com

    Hermosas vuestras palabras Sergio y Yolanda.
    Se ve por ello que hicimos un buen trabajo como padres a tenor de lo que comentáis, Obteniendo fantásticos resultados, ya que sois unos hijos maravillosos; nos sentimos muy orgullosos de vosotros.

  4. Juan Moreno

    Claro, soy tu padre y podría caer en la parcialidad, pero procuraré no serlo, como si se tratara de un lector que pasaba por ahí y leyera tu ADMIRACIÓN.
    Veo en tu escrito a una persona apasionada. Apasionada por la lectura por la vida en si y cuanto le rodea, llámese escribir, escuchar música y ante todo el cariño hacia sus progenitores por cuanto por él hicieron, cosa natural de unos padres hacia sus hijos.
    Y ahora sí, en primera persona te diré que aunque también la obligación de un hijo es corresponder a sus padres, tu lo has hecho de una manera muy entrañable.
    Por todo ello, me honra ser tu padre, además de un fiel seguidor de tus escritos, que a buen seguro van a ir llegando paulatinamente.
    Te quiere. Papá

    • Pues intentaré seguir siendo depositario de vuestro afecto de la manera más entrañable posible. No es nada difícil porque sale de un modo espontáneo y natural. Gracias una vez más por todos estos años y los que aún nos quedan. Os quiero.

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