PLANETARIO

PLANETARIO

Acabo de darle una oportunidad a una persona que ha escrito su primera novela, saliéndose del arte escénico que le ha hecho conocido. Su nombre Julián López González. Su novela, Planetario, ha caído en mis manos como un bálsamo de energía, retrotrayéndome a un pasado lejano pero a la vez cercano porque lo llevo fresco en la memoria. Lo que consigue Julián con esta novela es ponerle música a una etapa, la infancia y la adolescencia (que coincide con la mía ya que el autor es solo tres años menor que yo). Como hilo conductor durante las más de 300 páginas de esta historia, utiliza la banda sonora del grupo Queen, que sirve para situarnos en un contexto, en un lugar y un momento histórico determinado, mostrando a través de música de diferente índole, tipo y momento histórico, anécdotas y sobre todo como la música consigue que distintas generaciones puedan darse la mano. Quien haya tenido algún ídolo se verá gratamente identificado con las situaciones que el personaje central de la novela vive y narra con toda la inocencia e ilusión que solo esa época podía proporcionar. Pero no es solo una historia de idolatría o de música, se trata de una exposición de un modo de vivir y experimentar con el que muchos podemos identificarnos, con una carga de romanticismo entrañable, entendiendo como romántico en este caso a esa persona fuerte, segura de sus sentimientos y determinada, fiel primeramente a si misma que respeta a su propio corazón y que nunca lo mercantiliza. Hace también alusión a personajes de la época, a series televisivas, cine y a tecnología que muchos de los que leáis estas líneas desconoceréis por haber quedado obsoleta. Me ha maravillado la vasta cultura musical, los aportes continuos a canciones y obras tan diversas como desconocidas por mí. Otras la he rescatado de mi memoria y vuelto a reproducir para encontrarme de nuevo en un momento concreto de mi historia. Y es que además lo cuenta desde la más pura sencillez haciendo parecer que está volviendo a suceder todo ante mis ojos, tal y como lo recordaba en ese momento, allá por el milenio pasado.

Julian Lopez en el photocall de Superlopez durante la 51 edición del Festival Internacional de Cinema Fantastic de Catalunya Sitges 2018 in Sitges

Aprovecho esta entrada para hablar un poco del autor. Algunos quizás no lo reconoceréis por el nombre pero sí por su rostro. Destaca por su faceta humorística sobre todo, por participar en La hora chanante junto con Ernesto Sevilla, Carlos Areces y Joaquín Reyes. También es monologuista, actor y músico. Se le puede ubicar fácilmente en películas como El pagafantas, Spanish movie o Que se mueran los feos entre otras. Pero el personaje que le catapultó definitivamente a la fama fue Juan Carlitros en la película No controles. En 2019 participa en una película de Pedro Almodóvar, Dolor y gloria. Aunque su personaje es secundario, ya va dando muestras de que quizás podría manejar otro tipo de registros. A mí particularmente me gustaría verlo actuar en alguna película de género más dramático. Confío en que lo haría fantásticamente. Estudió Magisterio en Educación Musical en Cuenca, donde nace el 10 de noviembre de 1978. En esta faceta es miembro fundador del quinteto ManchaBrass.
lo cierto es que merece la pena dedicarle tiempo a pasearse por las páginas de este libro que me ha hecho volver a mi adolescencia reviviendo la ilusión, los momentos de alegría y por qué no también de frustración propios de esa edad.
Ciertamente agradecido a Julián por atreverse con este reto y enhorabuena por sacar matrícula de honor.

2 comentarios

  1. Me encanta que cualquiera sienta la necesidad de contar algo o tenga una historia en la cabeza, se anime a escribirlo y a compartirlo con los demás. Por supuesto admiro y respeto a los autores expertos y consagrados pero me encanta este «intrusismo» que cada día nos sorprende con escritores nuevos, anónimos o públicos.
    Por otro lado, la música es más necesaria en la vida de lo que a veces nos pensamos. Además de ser una herramienta para el entretenimiento y de ayudarnos muchas veces de manera terapéutica, la música forma parte de nuestras propias historias y ayuda a conservar nuestra memoria histórica. Allí donde falla la memoria, ya está la música para recordar.

    ¿No te ha pasado que tenías una canción olvidada, de repente un día la escuchas sin saber muy bien por qué y esa canción te trae a la memoria una historia completa, de principio a fin, y la recuerdas como si hubiera pasado ayer? Hay canciones que se nos pegan a recuerdos y son imposibles de desligar.

    Tomo nota del libro. Seguro que también me hace viajar en el tiempo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba