PEQUEÑOS DETALLES

PEQUEÑOS DETALLES

Me he equivocado tantas veces creyéndome en posesión de la verdad que dejé de contarlas. He hecho daño sin pretenderlo… y siendo honesto, a veces con verdadera intención. He soñado con paisajes oscuros y otras veces he volado por encima de simas y picos, quemándome las alas.

La arrogancia me ha arrastrado en ocasiones a pozos profundos y fríos de los que creía que no lograría salir. Soy tan terriblemente falible que ya no apuesto por la razón, ya no quiero tenerla porque sé que no existe, que hay tantas como equivocaciones y reproches, tantas como reflejos en la fragilidad de un cristal.

He llegado a ser tan estúpido que creía que el agua que atrapaba entre mis manos, no se derramaría, que podría retenerla sin tener en cuenta que siempre encuentra cómo filtrarse.

Cuando pienso en los consejos que he dado sin saber lo que decía, solo por creerme importante, tan solo por acaparar atención…

Tantos errores y aun me sorprendo de que haya gente que me siga queriendo. Retrocedo en el tiempo y advierto que las personas son más generosas que injustas. Han perdonado mis faltas, me han querido como soy. Como hace el agua, también las filtraron, me dejaron fluir, aceptando mi evolución aun cuando me alejaba de su certeza y de su equilibrio.

Desde hace poco tiempo soy menos exigente, me perdono también más y valoro las cosas insignificantes e intrascendentes. Hoy sin ir más lejos, me asomé a la ventana y observé detenidamente a un niño que desenfadado me devolvió la mirada. Agitó su manita acompañada de una preciosa e inocente sonrisa. Entonces sin darme cuenta, sin saber por qué, me sentí dichoso, y con una enorme sensación de alegría me senté y comencé a llorar…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba